TRÁFICO ILEGAL DE PETRÓLEO
El tráfico de petróleo se estima en
US$10.800 millones. Ha estado las primeras planas de los diarios en los últimos
dos años por su importancia para el financiamiento del autodenominado Estado
Islámico, al que aportaría hasta US$500 millones anuales, ingreso indispensable
para su campaña militar.
Pero el negocio está mucho más
expandido.
Una de las variantes es el
aprovechamiento del petróleo barato a precios subsidiados.
El GFI cita las diferencias del
precio entre Irak (US$0.05 el galón) y Kuwait (US$0.79) en 2005 como un terreno
fértil para contrabandistas.
La petrolera Shell estima que en
2014 más de 100.000 barriles de petróleo diarios dejaron ilegalmente Nigeria
mientras que en México Pemex pierde unos US$700 millones anuales.
"A veces hablamos de
contrabandeo del crudo, otras del refinado. Estado Islámico vende el crudo. En
México es un buen negocio el robo de petróleo porque es relativamente sencillo
extraerlo directamente de los oleoductos de Pemex", indicó May.
Minería ilegal y Tráfico ilegal de
petróleo
Mueve 7 mil millones de dólares en
América Latina.
La minería ilegal e informal se
multiplicó en la última década debido a la subida del precio de los minerales,
fundamentalmente del oro.
El reporte "La realidad de la
minería ilegal en países amazónicos" señala que 150.000 personas se
dedican a este negocio ilegal en Perú, mientras otras estimaciones hablan de
hasta 400.000 involucrados en la explotación ilegal de minerales.
"Si bien los impactos
ambientales de la minería ilegal son los más conocidos, no son los únicos.
También afecta a la salud humana, promueve delitos conexos como el lavado de
activos, la trata de personas y la explotación sexual e infantil, entre
otros", señala el informe editado por la Sociedad Peruana de Derecho
Ambiental y que incluye investigaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador,
Perú y Venezuela.
Wagner explicó que las minas donde
hay actividad ilegal suelen estar situadas en zonas remotas, donde los
gobiernos no tienen la capacidad de monitorear las condiciones y hacer cumplir
las leyes.
Cuando estas minas son controladas
directamente por grupos delictivos o en zonas controladas por el crimen
organizado, existe un riesgo elevado de tráfico de personas. En Colombia y Perú
en particular, y en menor medida en otros países de la región. Nuestra
investigación reveló numerosos casos de trata, explotación laboral, tráfico
sexual y trabajo infantil"
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